Federico Henríquez Gratereaux analizó la evolución que ha experimentado la poesía desde los inicios de la humanidad hasta lo que se ha dado en llamar posmodernismo.
En su conferencia titulada “La poesía almacenada”, Gratereaux se centró en la visión que tienen los poetas posmodernos en torno a la sociedad y sus normas de convivencias.
Al tiempo que criticó que muchos poetas posmodernos transgredan las normas sociales y que hagan uso exagerado de palabras vinculas al sexo y acto sexual en sus textos, en nombre de supuestos actos de rebeldía.
También rechazó que la poesía posmoderna pueda reproducirse en computadora, mediante un algoritmo, como sugirió un especialista en inteligencia artificial, con maestría en lingüística computacional.
Argumentó que si en ocasiones hasta los verdaderos poetas escriben “poesía artificiosa”, hay que esperar que las máquinas produzcan poesía fallida, frustrada o desarticulada, desde el punto de vista estrictamente artístico.
“La poesía producida “a mano”, con dolores e insomnio, tiene un prestigio milenario que no han podido disminuir los preceptistas literarios, críticos y lingüistas”, destacó.
El afamado ensayista, explicó que “desde que los versos rimados desaparecieron y las formas estróficas fueron desechadas, el poeta puede invadir, sigilosamente, el extenso campo de la prosa.
Agregó: «Y así la poesía fluye, sin efectismos literarios, ni artificios retóricos y penetra en las almas desprevenidas de los lectores de revistas y periódicos. Una forma de contrabando artístico”.
La conferencia magistral se realizó en el marco del 50 aniversario de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU).
Federico Henríquez Gratereaux
Es periodista y ensayista. Se ha desempeñado, entre otros cargos, como administrador general del Listín Diario (1963-1966). Fue director de Relaciones Públicas de la Presidencia (1978-1982), de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, y secretario de Estado sin cartera. Fungió como director general del periódico El Siglo desde 1997 hasta el cierre de ese diario, en el año 2002.
Entre los títulos que ha publicado figuran: La feria de las ideas (1984, 1988, 1993, 2001); Peña Batlle y la dominicanidad (1990, 1996); y Un antillano en Israel (1995). Asimismo, Negros de mentira y blancos de verdad (1988,1994); Cuando un gran estadista envejece (1995), y otros.
Ha obtenido múltiples reconocimientos, entre ellos, el Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña (1979), el Premio Caonabo de Oro (2001) y la Medalla al Mérito Cultural, Ateneo Amantes de la Luz (2010).